Eché al baúl tu recuerdo
Y con él caminé senderos hasta subir el cerro
Pa\' dejarlo ahí, lejos de mí, cerca del cielo
Que el cosmos tome las cenizas que quedaron de tu fuego
Intentamos conocer la gloria y no pudimos
Fuimos dos lobeznos pretendiendo cazar macho cabrío
Dos llamas que intentaron ser hoguera y se extinguieron
Dejando solo esa chispa que encendió otro suelo
Amé la alegría que en tu rostro se pintaba
La libertad de tus alas que por doquiera volaban
Contigo el tiempo no transcurría, se estancaba
Ninguna pena existía, ningún dolor te mataba
Hoy tu luz cualquier luciérnaga opaca
Lo sé y no me importa, el padre Cronos no perdona
Para mí siempre serás aquella ceiba hermosa
Que adornaba mi pradera ... aunque hoy no des ni sombra.