Nacho Rey

YO CREÍ QUE LA LUZ ERA MÍA (A Miguel Hernández)

 

Yo creí que la luz era mía,

una eterna sombra como este soneto

para no morir en cama como esqueleto

que en el campo, pastor, espero poesía.

 

Víctima como el verde, hecho el ataúd,

que barro te llamo, atraviesa la muerte

en un candil de agonía, se acaba la suerte

esparciendo calaveras sin ímpetu de juventud.

 

Murió un poeta con las hojas del viento,

yo salí de la tierra para tu poesía repetir,

y así juntos, con la sombra paseo con tu aliento

 

para hacerte compañía sin lutos herir.

Me sobra el corazón si andara con tu son,

pide mi garganta tu mano de salvación.

 

                              NACHO REY