En tierras lejanas y anchas
penetra la gran hambruna
la piel cómo escarcha
cuando toca restar y ayunan
forajidos de mal augurio
atentan contra la raza
aprovechando la tez en baja
nombran la paz con perjurio
el dolor en altos decibelios
a la gente común empañan
y son percibidos como imperios
de corte agresivo, que dañan
aniquilando pueblos y valles
así van sumando y ganan
apoderándose de las calles
con actitud de altivo improperio
la mortaja hasta los cabellos
adorna un final sombrío
y no detesto a los míos
pero se engañan cómo a plebeyos