Soplaban vientos de Enero
cuando a mi puerta llamó,
temblando de frio y miedo
buscando refugio y sol,
en el rigor del invierno
dímonos mutuo calor,
ella encendió mi deseo,
todo mi ser le dí yo.
No tuvo puertas mi casa,
no tuvo llaves mi amor
que si las llaves encierran,
nadie jamás la celó,
pero pasaron los fríos,
la primavera llegó
con su cortejo de rosas,
rosas que el sol abrasó.
Nadie la oyó despedirse,
nadie marcharse la vió,
pero destrozó mi vida
cuando a dormir no volvió
dejando el lecho vacio
y roto mi corazón
Hoy que los chuzos helados
regresan a mi jardín,
sigo esperando en la puerta
por el amor que perdí,
algo muy dentro del alma
viene a mi oído a decir
que con los hielos de invierno
regresará junto a mi,
pero en mi hogar ya no hay lumbre
y mi portal se atrancó;
vivo lamiendo la herida
que su puñal desgarró,
soñando que fue un mal sueño
que pronto lucirá el sol
y olvidaré ese recuerdo
que tanto mal me causó,
junto a esa mujer soñada
que busco con fe y tesón
y que encontraré un buen día
dichoso para los dos.
Escucho música y brindo
por un futuro mejor
donde el amor no se venda
ni al dinero ni al poder
donde la verdad se imponga,
donde olvidar y aprender
a no echar jamás el resto,
a no jugarte la piel
si no tienes un repoker
o una escalera de rey.