Cincuenta y pico inviernos
desde aquel primer agosto,
primeros años, poco tiernos,
sin el apego, sin el calostro.
Desencuentros y desidia
de \"padres\" de abandono
una opción, falta de valentía,
inviernos fríos, incómodos.
Siempre al borde del abismo,
la mente absorta de suicidios
y el corazón, tierra de sismo
buscandolo en mordida de ofidios.
El pasado que me arrastra,
el futuro que avanza a oscuras,
y aquel hoy, fue un ciego, que castra,
me daban los pasos en penuria.
Cincuenta y pico primaveras muertas,
me despiertan, me liberan, hoy,
aquella alma derrotera se hace huerta,
y redime en perdón, mi mente, de hoy.
No es tarde cuando hay vida para renacer
solo queda media vida para olvidar
media vida más para buscar, para crecer,
es hoy mi hora cero, para crecer, consolidar.
Bienvenido al mundo, amanezco ahora,
perdono y me libero, de aquel pasado
pido perdón y espero salvar mi hora,
vivir el presente, amar y ser amado.