Raiza N. Jiménez E.

Al Fragor de la Pasión.

Amor, una rosa me has traído esta tarde,

nunca vi a un hombre con tanto acierto.

Le he pedido a Dios que te salvaguarde,

sería doloroso pensar que estás muerto.

-*-

Cuando no sé de ti todo en mí se agita,

eso no lo entiendes, piensas que te ato.

Comprende, si no sé de ti, mi alma grita.

Deseo pasar contigo un momento grato.

-*-

Cuando has venido a mi fragante lecho,

te he amado como ama la rosa al florista.

Disfruto tus caricias y tu mirada al acecho.

Y, si he de alejarme, no deseas verme lista.

-*-

Me inquieta tu lascivo y vehemente apego.

Creo haberte dicho que yo no te pertenezco.

Soy como el Águila, no me acomoda el ruego,

alzo el vuelo y en altos alcores, me guarezco.

-*-

¡He de decirte, no obstante, que yo te amo,

pero, nunca aceptaría que, fueras mi amo!