Entre arboles enjutos
de oscura sombra derrramada,
las perlas de su labio
sueñan besar la yedra...
mientras suaves palomas
desenredan sus alas
en la tarde descuidada de su vuelo,
Otoños en Aranjuez
frágil fragancia
golpea inmisericorde...
el pasado que nunca vuelve.