María, eres única entre todas que creería que muchas envidiarían la dicha y la alegría que tienes. Eres tan dichosa y hermosa que el paisaje que te rodea te adoraría por la eternidad. Tu voz es comparable a los cantos de las musas que enamoran a los dioses y yo estoy tan dichoso de estar en igual posición que ellos al escuchar tu voz.