José Luis Barrientos León

Complicidad de los sentidos

 

 

Como el alma entona de sí misma

Canticos de silencios que braman en los rincones

De tibios lechos de perdón

En las líneas al borde del cuerpo

Hundidas en la estatua de su esencia

Donde el amor es insomne rebeldía

Al filo de la materia, en la cresta de la ola

En la montaña salvaje

Así, mi pensamiento te recorre

En las escenas de libertad y bruma

Que cubren nuestra piel

 

 Ahora que llueve,

ahora que abril se desnuda

Como fábula espléndida, en el vientre de la noche

Con sus voces de negro que ascienden en canto

Nacidos de azul hasta la cumbre de mis anhelos

Ahora que mi corazón se agita ante la cruz de tu cuerpo

Con tu aliento remoto que me despoja de harapos

Y tu rostro que surge desde el fondo de las sabanas

Añoro tu suave álveo, su pureza pluvial

La libertad de tu nombre, entre su cauce inocente

Tu sonrisa sin llanto

Tu silencio de amparo

 

Pareciera que el ayer se derrumba

En el fondo de sí mismo

Dando paso al presente,

Donde se expía el orgullo

Y el poema se escribe

Sobre la piel de las aguas

Y no existen sudarios u ofrendas de dones

Solo la entrega del viento en el rostro del árbol

La inmensidad del océano que procrea las olas

Y tu cuerpo en la sombra asido a mi fuego

Reclamando el sentido, la pasión y el latido.