Traigo la rosa que huye de los vientos
rosa húmeda llena de panes y peces
que embrida la voz con su sonido especular
la rosa formada en arrecifes indecentes;
traigo la rosa como medio de tu bondad
la traigo como forma espléndida de tu regazo
donde fallecen labios con palabras sueños con crueles
sentencias; esa rosa forja su suspenso de eternidades.
Muestra vacía, la lengua con su inmenso papilar externo.
Donde se erosionan los vehículos del llanto
y es imposible obtener un título adecuado.
Porto esa rosa sinuosa, la rosa abandonada,
un desfiladero lleno de sangre, una horma
de mi zapato. Traigo la rosa que triunfa
sobre la muerte, la grafía infinita
que excita los sonidos, como maizales
de lágrimas en su conjunto.
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