(Para Angi, por tantos recuerdos y momentos compartidos, en aquellas \"horas brujas\", con los amigos)
Una luna se apaga
y también mi sonrisa,
al saber que volaste
con las alas heridas.
No sabía que estabas
al final de la fila,
esperando el milagro
de la mano asesina,
y llegó, con la noche,
a tu sombra sencilla,
malogrando proyectos
de tu alma de artista,
y lloraron las nubes,
se corrieron cortinas
y cubrieron los ojos
con pupilas sin risas.
Y te fuiste volando
por las sendas perdidas
a buscar a otros seres
que te esperan sin cita,
ellos son tus recuerdos,
las personas queridas,
a quién tanto escribiste
y entregaste tu vida,
con orgullo escuchamos
de tus labios las dichas,
elogiando su nombre
de personas sencillas,
porque tú las citabas
con profunda alegría
mariposa y poeta
de la Pampa Argentina.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/07/21