José Luis Barrientos León

Debíamos ser nosotros

 

Debía ser aquel lugar,

Donde las montañas replican el Génesis

Y los ríos cristalinos brotan de su vientre

humedeciendo la piel de la tierra

 

Ahí, donde el amor es canto de aves

colmenas y nidos como yacijas de reposo

adornadas con flores silvestres

escapando de la oscuridad y el ruido

 

Debía estar ahí,

bajo el neón de las estrellas detenidas

escuchando la súplica del viento

que se convierte en mar insondable en mis oídos

 

Mis pies dibujando en la arena, futuros sin ropajes

Las manos que acarician imágenes nacidas entre nubes

Voces que sucumben piadosas a la entrega de la noche

Mañanas que despiertan sin sombras a la espera de los amantes

 

Debía estar ahí, debía ser aquel lugar

Donde la piel liberada se queda al sol

Y la luna envuelve los cuerpos desnudos

Sin naufragios del pasado

Debía estar ahí

Debía ser aquel lugar

Debía ser yo

Debíamos ser nosotros