El ruido cae con sus lenguas originarias,
quedan abiertas las venas de las rígidas paredes,
las de las puertas indecisas,
las venas de las ventanas condenadamente honestas
y de todo cuan pequeño o grande parezca ser.
Quedan exhibidas las almas
con sus duelos, sus lamentos… ahora animales rastreros.
Coloca mujer las cosas en su lugar,
llega con tu presencia de raíz.
LRL
28-10-2021