Empaco mis recuerdos,
parto con mi presente
y voy en busca de mi futuro... sin dinero,
porque no es necesario.
Al final del camino
me miraré como vine,
pero nadie sacará
de mi mente lo vivido.
Mi escudo y fortaleza
es de trenzas de azucenas
y mis pasos se encaminan
por el susurro de su llanto.