Francisco 1987

Los destinos y las guillotinas bien afiladas

Y un buen día a Joe Biden se le aflojó

el estómago...

y al papa Bergoglio

y un buen día los pájaros se convirtieron en polvo de estrellas... y en fuentes de riachuelos cristalinos,

y un buen día los delincuentes buscaron a Dios y a Jesucristo, cansados de vivir en las sombras, en las prisas, en las mentiras y traiciones mas espantosas,

y un buen dia cagué luz, me follé arbustos vírgenes y bebí aceite de oliva,

y un buen día me recosté a descansar en la pista de la avenida principal, entre los furibundos y apresurados autos y motos

puse mi mueble en medio y me puse a leer y escuchar radio, mientras pensaba como destruir ángeles caídos...

Y un buen dia ya nadie fue a trabajar, nadie fue a estudiar, nadie salió a la farsa de ser un ciudadano honorable

y empezaron las muertes súbitas, los accidentes fortuitos y las desgracias en cadena... 

eran las consecuencias acumuladas de décadas atras, huyendo de ellos mismos

tratando de huir de sus irremediables destinos

guillotinescos