Valeón

La imperdonable

En el “claro de luna”, ella yacía, porque en el vil egoísmo vivía, en una alma tan dudosa como la de ella, siempre existen preguntas sin respuesta, que ni el mismo “claro de luna” podía responder; mientras se desvanecía en la obscuridad y en la soledad, ella se pregunta el porqué la vida era tan injusta con ella, así que la nombro, la imperdonable.