El tiempo ha pasado, ya perdí la cuenta de los días que llevo sin poder verte siquiera.
El tiempo ha pasado, y haciéndole caso a mis deseos y a la infinita necesidad de querer saber siempre de ti, me arriesgue a escuchar tu voz. Y, sin esperarlo, los nervios se apoderaron de mi, confirmando mis terribles sospechas, Sigues aquí.
Confieso que aún me dan nervios, y la ansiedad me invade cada que veo uno de tus mensajes, confieso que me da tranquilidad saber que yo sigo en ti, así cómo sigues tú en mi, confieso que quisiera salir de los parámetros y las leyes establecidas del respeto y buscarte, quisiera dejar el temor a un lado y regalarnos un día, solo uno más, y estoy segura que con eso nos bastaría a ambos.
Estás allá, amor mío, y yo sigo aquí... Aún sin decirte adiós y sin querer hacerlo.
Estás allá, conmigo dentro, y estoy aquí, llevándote a todos lados y viviendo de tu perfecto recuerdo.
Mío eres. Y tuya soy.