Centímetros de lacio
clavel
convertidos se han en centímetros
erectos de placer,
que te va dando gusto...,
subiendo por entre tus muslos...
El glande,
capullo rojo reventado,
ha encontrado la puerta
de tu rosa entreabierta, entrando
suavemente por ella...,
mordiéndose las bocas...
Nos hemos apretado tanto,
que al mismo tiempo
nos ha venido el éxtasis
-orgasmo humano-,
quedando desmayados
en brazos
uno del otro.
(¡Oh momento tan exquisito
-grata felicidad
de entrar en Paraíso-!)
(salvador)