Que las letras vuelan, como palomas blancas. Entre el verde de las copas de un bosque y el azul de un cielo limpio.
Las sigues con la vista. Ves como se posan, en un trigal preñado.
Sientes los sonidos de los grillos y cigarras. Como si fuera música.
Mientras la tarde se aquieta, amodorrada por el calor .
Y de repente un disparo.
Un nervioso batir de alas.
El rojo de la sangre, sobre el trigo
Y luego un silencio atronador.
Son las palabras escapando...