A las perlas de tus ojos en calma
llevo la luz del vino y de los mares,
espero llegar hasta los altares
en los que un solo beso una nuestra alma.
Recorro un mundo de hierbas y de roca,
espero no enviciarme en esos vientos
sucios, que por un gozo, mil lamentos.
Yo anhelo más la paz que da tu boca.
Mi ilusión cae en tus caricias, y eso
que a veces tu mirada es una espina
y tu figura un sueño que atormenta
al pobre corazón que quiere un beso
y sentir, del amor, su adrenalina.
¡Oh mi alma, que de ti está tan hambrienta!