Ayer como hoy, me sentí sola; Hoy como ayer, lloré con canciones que me hicieron ir a tí.
Ayer en la tarde me sentí exhausta de una vida que apenas empieza; Hoy dormí toda la tarde, deseando despertar en primavera.
Ayer como hoy, quise un abrazo; Hoy como ayer, no tuve a quién dárselo.
Ayer en la tarde dejé escapar algunas lágrimas; Hoy ya no quieren salir.
Como desearía que siguieras aquí,
Y me digas que todo estará bien, que estoy bien, que estamos bien, que lo hago bien.
Ayer como hoy, te extraño.
Hoy como ayer, te quiero aquí.
Ayer en la tarde grite tu nombre.
Hoy lo volví a enterrar.
—Limoneyes