El poder de nuestras fieles mascotas,
perros, gatos, conejos, entre otros,
compañeros que protegen como escoltas,
son un aliciente al alma de nosotros.
Siendo una terapia emocional, nos enseñan
a valorar la lealtad en su máxima expresión,
simbolizan el amor sin límites, y empeñan
su anatomía para cubrirnos con pasión.
Llegan a formar parte de muchas familias,
los héroes sin voz como se les identifica,
pero con el ímpetu de monstruosas bestias,
reaccionan en defensa ante una amenaza física.
Entretenimiento y gran seguridad, son capaces
de brindar en especial a los niños del hogar,
quienes se amañan a ellos cuales juguetes,
como esos miembros adoptivos sin negar.
Guardianes de cuatro patas y gestos sigilosos,
capaces de percibir el peligro que nos rodea,
con un sexto sentido que muestran sus pasos,
que juega a favor del amo y que nunca flaquea.