EL AMOR ES EL CORAZÓN DEL ALMA
Un cuento original de Jordi Etresi
Hace mucho tiempo en una tierra muy lejana, muy lejana….
Se contaba la leyenda de una poderosa hechicera que se enamoró de un príncipe, el príncipe estaba enamorado de una aldeana a la que amaba intensamente y quería casarse con ella, pero en aquella época los intereses del reino eran otros. Aquella hechicera malvada se convirtió en una hermosa princesa con una gran riqueza para cautivar al príncipe, encantó a todo el reino, pero aún así todo fue en vano. Intentó por todos los medios deshacer ese vinculo, pero era tan fuerte que era imposible.
Finamente acudió a la magia negra y a las artes oscuras cegada por el odio, transformó al príncipe y a su amada en dos vitrales encantados y los envió a diferentes lugares del mundo. Sus almas quedaron atrapadas en su interior para que jamás estuviesen juntas. La venganza quedó consumada y permanecieron por los siglos de los siglos desterrados de sus cuerpos.
El príncipe de cristal permaneció intacto en un mosaico decorativo, en una gran ventana de un castillo abandonado, mientras ella a miles de kilometros, resplandecía en la pared elevada de una iglesia gótica.
Hoy en la actualidad
En una gran tormenta, llena de vientos huracanados, relámpagos y truenos, uno de los fragmentos del mosaico del cristal se desprendió, era rojo en forma de corazón y el pecho el príncipe quedó vacío, el viento se llevó lo mas preciado de el. El cristal cayó en un barco pesquero que pasaba por allí cerca del acantilado, viajó lejos, muy lejos. Apareció en la otra parte del mundo, acabó en manos de un anticuario y de allí fue vendido a un arquitecto especialista en restauración y diseño modernista.
En la catedral el vitral de su amada estaba siendo restaurado por aquel hombre y casualmente tenía en sus manos la pieza que le faltaba, también a ella le faltaba el corazón de cristal desaparecido hacía años. Sorprendido por la hazaña vio que era exacta a la que había comprado en aquel anticuario. Intentó colocarla y vio que encajaba perfectamente, el mosaico de la mujer estaba al completo.
Al poco todas las piezas empezaron a iluminarse como si el sol hubiese alumbrado de cerca el conjunto, el resplandor fue tan intenso que hizo tambalearse al arquitecto cayéndose del andamio donde estaba. Recuperó la conciencia con un fuerte dolor de cabeza. Como si de magia se tratase vio a la mujer del mosaico y a un hombre al que no conocía, flotaban a centímetros del suelo, se acercaron deslizándose como fantasmas hasta quedarse frente a frente, quedaron inmóviles observándose. El tiempo se detuvo, se envolvieron en un cálido abrazo, se besaron y finalmente se evaporaron.
En aquella ventana el vitral donde yacía el retrato de aquella mujer ya no estaba y a miles de kilometros en un castillo abandonado permanecían todas las ventanas menos una.
Se había roto el hechizo.
Un par de años mas tarde la catedral quedó totalmente restaurada y el ventanal mayor lucía con las figuras cristalizadas de los dos amantes en todo su esplendor, juntos, como también lo estaban sus almas.
Hoy día son leyenda.
Para acabar este cuento, el autor les dedicó su pequeño homenaje escribiéndoles una frase un tanto significativa, en la cual podía leerse:
El amor es el corazón del alma.
Jordi Etresi
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