Ellos se miraron como si fueran dos fantasmas. Sobre la mesa; un libro, un poema y una pluma.
Ambos tenían una poderosa imaginación, tan poderosa, que lograron encontrar una
brecha en el tiempo, y escaparon de su narrador.
Dos golpes en la ventana y esta se abrió. Un pájaro negro de extraña belleza ingresó en la habitación y se posó sobre la mesa. En su pico, llevaba un insecto; lo dejó caer
sobre el libro, y este desapareció entre sus páginas. El escritor despertó súbitamente. La pluma permanecía en su mano. Intentó sujetarse del borde de unas hojas inconclusas, pero se hundió en el fondo de su propia imaginación; el narrador había desaparecido.
El cuervo, giró su cuello hacia el escritor, desapareciendo entre las hojas de aquel
viejo poema…mientras repetía sin parar: “Nunca más” amigo Gregorio Samsa, “Nunca más”.
KINMAYA