Izandro

Algún Día

Para Aragón y Artemisa

 

Bajo la sombra de un temor sutilmente envolvente,

pernocta la mirada de un corazón que perdió sus latidos,

y en lo hondo de aquel laberinto oscuro y silencioso,

se escucha trémulamente,

el susurro de un arroyo virgen

donde se bañan discretos todos los sueños.

Algún día escaparan de mis pensamientos,

gacelas verde limo y lapizlázuli,

y tiritara de frío mi alma,

cuando la brisa del triste otoño la abrace,

sin piedad y mucha calma,

Algún día me recostare sobre verde prado o arena muy blanca,

y las palomas embriagadas de Amor,

llevarán en sus alas,

escritos de recuerdos que se nos han escapado,

Algún día me sentaré a vivir un último  ocaso,

y aspiraré muy pero muy hondo,

la brisa salina con aroma de algas enamoradas,

y besaré entónces al viento,

como se besa a una dama... que hace mucho me esperaba.