Cuando no puedo hablar mi silencio gritando está
cuando la respiración se acumula, mi corazón llorando va
más no creo poder contener está lágrima que en mi mejilla
se detiene permitiéndose decidir un camino por algún gesto
por la antigua ruta de la sonrisa remarcada en mi cara,
más mis ojos centelleantes si pueden vislumbrar la aurora
con cadá palpitar de mi corazón, me tiembla el pulso
incluso para encender un cigarro donde a cada bocanada
mando un beso, donde a cada humareda mi alma
en tu recuerdo como en tu cuerpo vaga.
Cierro mis ojos, me cierro como un libro
y me doy cuenta de que aún respiro, enhebrando fantasías
yazgo entre las sombras, me muevo en mi locura ,
me invento, afianzó el hilo que clandestinamente me ata
a mi fantasma favorito, construyó con los bloques congelados
de mis adentros...vivo, quizas vegeto, pero aun existo.