Señor, bien sabes que te hago reverencia
Sin ti... se siente sola el alma mía;
ven con tu amor hacerle compañía,
y cúbreme señor con tu gentil clemencia.
De tu bondad es tanta la excelencia
que no despiertas odio ni falsía,
buen amor, dulce como la poesía
infinito amor me llena tu presencia.
Dale a mi alma de tu amor luciente
tanto amor contemplarlo inspira,
y así te ven mis ojos dulcemente.
Que al corazón embriaga de ternura
tanto digno amor cuánta dulzura,
lo siente y lo comprende quién lo mira.