Elizabeth Maldonado Manzanero

deseperanza

Qué tristes mis recuerdos

cuánto vacío, me llenabas,

en ti me perdí, por ti las lágrimas

se agitan, no en mis ojos, muy dentro

dentro del espacio que tú habitas

y en el amor que como hierba silvestre

se permite crecer a cada instante,

total ¿para qué? si tú desierto estás de mí

si yo desterrada de tu pensamiento

fui a parar en los escombros

de tu memoria como un tiempo que quisieras

borrar no de ti sino de la mente

de quienes nos vieron vivir algo parecido

muy parecido al romance, ¡qué empolvados,

qué pisoteados recuerdos de melancolía!

¡qué sueños desgarrados, descarnados

qué amasan una huérfana esperanza enferma!

 aún se yergue como roble, quiere alzarse

contemplarlo todo y sin embargo

 nació enana y encorvada no pudo ser nube

solo vapor en fuga que llega

hasta el reposo mismo sin pausas…