Qué tristes mis recuerdos
cuánto vacío, me llenabas,
en ti me perdí, por ti las lágrimas
se agitan, no en mis ojos, muy dentro
dentro del espacio que tú habitas
y en el amor que como hierba silvestre
se permite crecer a cada instante,
total ¿para qué? si tú desierto estás de mí
si yo desterrada de tu pensamiento
fui a parar en los escombros
de tu memoria como un tiempo que quisieras
borrar no de ti sino de la mente
de quienes nos vieron vivir algo parecido
muy parecido al romance, ¡qué empolvados,
qué pisoteados recuerdos de melancolía!
¡qué sueños desgarrados, descarnados
qué amasan una huérfana esperanza enferma!
aún se yergue como roble, quiere alzarse
contemplarlo todo y sin embargo
nació enana y encorvada no pudo ser nube
solo vapor en fuga que llega
hasta el reposo mismo sin pausas…