Mi sentir, pensar y actuar:
contemplados de otro planeta
y mi esfuerzo por ser
se manifiesta en un mundo sin alma.
La esperanza de ser se extingue
y yo soy más difusa cada vez,
mientras aumenta mi necesidad de conectar
en el abismo entre los otros y mi ser.
Fuera de mí todo es más confuso cada vez,
así que busco en mí una respuesta,
encontrando solo más interrogantes.
El miedo y la angustia predominan
y las represiones se acumulan,
dando como resultado a una extraña
forjada entre interacciones
a las que soy incapaz de adaptarme.
¿Soy el exterior: lo que ven de mí?
¿Soy mi interior: lo que yo veo en mí?
¿Soy la búsqueda constante de mi ser?
¿Soy mi incapacidad de ser?
¿Soy la condena a no poder ser, en un mundo que es?
O ¿soy la condena a no poder ser, en un mundo que no es?