Angel Pedrafort

Tierra madre

Átame...

Átame a ti, tierra madre, 

a tu semblante de hojarasca y raíces, 

átame al discurrir de tus sangres.

A tus cauces, que por dar vida desviven,

que en su agonía campos bendicen,

para luego hacerse óbito en tus mares.

Átame...

Circunda mi cuerpo entre tus espinos y tu ramaje,

haz de mi andar tu lenguaje.

Tierra madre: ¡Quiero hablarte!

De tu tierra misma, de tu ser de madre;

de la endeblez que acunas en mi humana carne. 

¿Está en tu todo mi parte?

¿O fuera quizá, tu desnuda epidermis,

la piel de mi auténtico ropaje?

Ser en ti o ser de ti, tierra madre:

intrínseco o circunstancial,

sinóptico o espectral,

tal vez un desvarío ambulante. 

Sea entre dudas: tan solo átame...

Esculpe en tu nudo mi huella,

lo inverosímil en mi consciencia,

un devenir, una recurrente trascendencia. 

¡Son tantos los hitos que pretendo contigo hilvanar!

Para siempre. En tu presencia.