Sombras que te acarician y acompañan, a veces con arrullos y mieles finas, vienen con recuerdos de una vida compartida, cuajadas de amores y alabanzas.
Sombras son, pero dejan cantos de esperanzas.
Otras sombras perturban y encadenan
con cantos de sirenas que te engañan,
te atrapan en insomnios delirantes,
con brumas que agrietan la confianza.
Son penumbras que enturbian la existencia,
dejan miedos y mucha desconfianza,
Son sombras que alimentan a las dudas.
Las sombras que más hieren son aquellas que se fueron sin una despedida,
se marcharon sin decir adiós, sin agradecer lo que entregabas de tu vida.
Son sombras que aún duele su partida.
¡Cuántas sombras ocultas! ¡Cuántas hirientes!
¡Qué las sombras no detengan a la vida!