La sombra de plata encendió las ruinas,
mil bostezos destellan dormilones,
para robustecer
mi sueño de ópalo y obsidiana,
marco justo que atrapó el encanto
del desfile de marfil
que escolta en suave pincelada
la brisa escarlata de tu aliento.
Nutre mi esperanza
en brazos de distancia
extendida hacia el horizonte,
que aspiro recorrer sin prisa
hasta encontrar historia nueva
y escribirla a fuego lento.
Ánclate Venus en mi rígida espera,
llena de silencio la almohada.
recréate en el goce efluvial
que despierta una por uno
los intersticios de tu piel eflorescente.
No temas derramar sobre mí
ese poema de líquidos versos,
borremos lugares comunes,
hasta encontrar
la esencialidad de tu nueva poesía.