En mis pensamientos,
siempre tú.
En mis silencios,
siempre tú.
En mis oraciones,
siempre tú.
En mis alegrías,
siempre tú.
En mis logros,
siempre tú.
Tú dibujas
mi vida.
No sé
desde donde,
y hasta cuándo.
Pero me basta,
ese cuadro que tú pintas,
desde tu atelier,
en las nubes.