Revestida de cumbre y sal
una hormiga salsera vomitaba verdades
en un riachuelo gigantesco...
y la locura no asomaba por ahí
por ahí asomaba la demencia
las imágenes paganas de corazones enrojecidos por la frustración
era momento de desdoblar las cartas
y no hablar de mas,
era el lindero acústico-cerebral
que inducía fiebre inmortal
y mortificaba rancios amaneceres
y mostraba rostros sin muelas
dentro de cubos de arena sin tiempo
y tanto espacio