Es imposible respirar con el asma, de la bruma
Que la palabra olvido nos dejó
Desplegándose sobre los pensamientos
Cargados de ironía y drama por el desencuentro
Del ayer que se escribe entre tachones
En el viejo libro de hojas mustias que nos dejó los años
Respirar con la asfixia de las palabras silentes
Que miran con fastidio el calendario deshojado
Abatido entre fuegos que calcinaron vivencias
Que apagaron las farsas, las miradas y farolas
De un camino que hoy se cubre de moho
Sin espera, sin labranza
Es imposible que el alma intuya los latidos
Cuando la disnea del vocablo te sumerge y ahoga
Y el corazón solo es posible atravesarlo para matarlo
Con dagas de recuerdos en el horizonte sin luces
Es imposible respirar con el verbo que te consume y devora
Y la acción es improbable
Quienquiera que fuese la imagen
y el sonido incierto, habita en el oído sordo
No se pronuncian los nombres en estas horas ausentes
El poema es inevitable en el tiempo que ha partido
Pleno de tardes grises, de susurros sin latidos
de asmas y de asfixias que asesinan los sentidos
Cómo será la ceremonia que despida los recuerdos
Cuando la vida se parta en calladas mitades
Y tan solo en dos segundos desaparezcan las miradas
Y el ayer haya muerto, sin carnaval ni cortejo
Dando paso al ahora que aparece entre las manos
Adivinado el futuro como si de frágil pluma se tratará
Es imposible respirar, con el alma entre brumas