Raiza N. Jiménez E.

Guardad Silencio.-

En las inmensidades de la noche
he buscado en vano tu presencia.
Vivo mis desvelos en un derroche
inclemente y lleno de tú ausencia.
-*-
Yo que siempre fui tan cantarina,
he llegado a vivir como demente,
hundida en vil dolor y en la rutina.
-*-
Pregunto: ¿Qué le has hecho al alma mía?
Que ha perdido su natural contentura,
cuando vuelvo expresar que te quería.
¿Será qué tu amor no es de mi hechura?
-*-
¡Cierto, que a veces, sin ti no quiero vivir!
Pero, algo más que sutil, hoy me reanima.
No tengo ahora, tiempo aún, para morir.
Siento que este amor en mí se sublima.
-*-
No tengo, para la vida, más una razón;
y quiero recordarte en las noches frías,
arroparme de tus recuerdos el corazón
y, pensar que tú, en verdad, sí me querías.
-*-
¡Caramba, pero, si tú no me querías,
en verdad, no sé, para qué fingías.!