Preguntan las estrellas a la luna
si un día contempló tu hermoso cuerpo,
que diera su fulgor al universo
preñado de placer y de locura.
Si vió de tu mirada que deslumbra
su rayo de pasión voraz y ciego;
al darte a la lujuria por entero
con tierna candidez que el alma arrulla.
¡Entonces muy serena les contesta
que nunca en su rielar había visto
la llama del amor con tanta fuerza;
que hiciera palpitar al cielo mismo;
que el día que me diste tu inocencia
con esos tus encantos venusinos!
Autor: Aníbal Rodríguez.