Niña de inéditos misterios,
tu escurridiza piel
arde en estos deseos de amarte.
Niña de bosques y ríos,
en inocentes suspiros
de un pasado roto
anunciando silencios.
Hoy dejo estas letras
al contra ataque del fracaso,
en las hojas muertas del otoño,
como aquellas cartas en el brocal.