Cuando llegue el día
en que tú me llames
hazlo con el canto
de todas las aves.
Hazlo con colores
y aromas de flores,
hazlo con el viento
diciendo mi nombre.
Cuando llegue el día
en que tu me llames
hazlo con las voces
de todos los niños
que por tantos años
mis aulas poblaron.
Hazlo con sus risas,
sus juegos, sus llantos,
sus caritas plenas
de luz y de encanto.
Cuando llegue el día
en que tu me llames
hazlo con los rostros
de todos los que amo.
Que mi alma se impregne
de tanta ternura
que al llegar a ti
sea bella y pura.
Cuando llegue el día
yo sabré quién eres
pues te vi mil veces.
Te escuché en las aves,
te sentí en las flores,
te encontré en los rostros
de tantos pequeños
y te oí en el viento
diciendo mi nombre.
Cuando llegue el día
yo sabré quién eres:
el que me sostuvo
con tantos abrazos
de todos aquellos
que amé y que me amaron.