A mitad del camino de la vida,
perdido en el camino me encontraba
caminaba como alma perdida
creyendo que nada me motivaba.
Cuán duro camino áspero y fuerte
graves cosas me ocurrieron,
pensé que me llegaría la muerte
golpes de la vida que me dieron.
Pero luego surgió una luz brillante
en medio de mi oscuro desierto,
fue algo lindo pero desesperante
no sé cómo explicar lo incierto?
Pero allí encontré la paz y el amor
allí donde aquella luz terminaba,
dónde mi corazón ardía con fervor
y un verdadero amor me llegaba.
Hacia lo alto miré, y vi donde provenía
ya vestían los colores del planeta,
entonces acercándose hacia mi venía
su luz de amor como de un poeta.
Y me llevo por aquel camino recto
calmando poco a poco el miedo,
dónde caminar sin angustia puedo
por un camino tan bello y perfecto.
Y como quién con aliento anhelante
salido del peligro, sin huir todavía,
se vuelve con un paso hacia adelante
con ánimo de caminar por la vida.
Y adelante su luz no se me apartaba
más de tal modo me abría el paso,
sentía más bien que me cuidaba
de todo peligro y de todo ser malo.
Y luego la imagen de un león que vi
y otra como de un pájaro volando,
me parecían que venían contra mí
como unas fieras que van devorando.
Y hasta temerle parecía el aire
con el pavor de verla que causaba,
se mostró delante de mis ojos
sentía que su aura me congelaba.
Cuando vi a aquel en frente de mí
apiádate de mí: yo le grité...
seas quien seas, y fue así,
que en su presencia yo le hablé.
Me dijo: soy aquel que fui hombre,
más ahora soy espíritu viviente,
más tu eres un alma durmiente
que hoy te daré un nuevo nombre.
Poeta fui, y predique como justo
válgame el gran amor de mi trabajo,
tu canto escucharán los injustos
aquéllos que moran desde lo bajo.
Eres tú mi modelo y yo tu maestro
el único eres tú de quien tomé;
el único hijo a quien me muestro
y a cual mejor vida transformé.
Entonces, me incline y exclamando
mira el ángel que me he vuelto,
y con tu amor me has devuelto
amor, sabiduría, para seguir amando.