Un canto de mañana, en la vera del río
una mezcla de abejas, de flores y de peces.
La vida parece viajar a un ritmo distinto
al escuchar atento esa sinfonía silvestre.
Los pájaros que corren bajo el cielo infinito,
El sol, cual madre, dispone su brillo envolvente.
La luz y su imposible abanico, y las nubes
pomposas de alegría, llenan el aire tierno
con la silenciosa belleza de un mundo ausente.