Cómo quién amanece
en presencia y sangra,
en la hora precisa del hecho
no cuenta la palabra.
Habiéndose encendido la quimera
va meciéndose inalcanzable
y espera,
el vibrante momento
vital suculento
distante,
cuándo quieras lo que quieras
y vivas de veras
errante.