LNT©®VanessaTawer.
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A veces, muy a veces,
solo a veces,
pienso en los abortivos;
pienso en cómo a los abortivos
no les es permitido
ser y existir;
pero, a pesar de todos los pronósticos,
ellos existen, son.
Sus rostros persiguen
por doquiera
a sus víctimarios.
Sus voces
se levantan
a cada paso,
en el rostro
de un niño habitante
de la calle
o en el rostro
de un niño
bien nacido
en palacio
o cuna de oro,
en el tierno alarido
de un cachorro
salvaje o citadino,
en las tiernas canciones
de cuna de los pobres;
en las arrugas de un nonagenario;
en los inventos
de Leonardo da Vinci;
en los cálculos físicos
de Einstein;
en las bellas Sinfonías de Beethoven sordo;
en los intrincados
laberintos
de Borges, ciego;
en los \"Cien años de soledad
de Gabo;
en la tersura de un pétalo de rosa
y en los latidos
de cada corazón.