Toda mi vida , ahora quizá menos, lo he vivido y sentido,
no ser la apuesta, ni del equipo favorito,
lo viví hace unos años cuando fui desechado en mi trabajo,
y ahora lo percibo en compañeros en el trabajo.
Eso, tiene una cara, un lado muy bueno,
no estás endiosado, ni crecido, ni sobre todo aburguesado,
el cambio es tu principio y estás acostumbrado al vacío,
y por eso creo que a veces es mejor ser un pobre diablo.
Me explico, no tienes tanta presión,
ni eres cola de León, eres lo que eres, un soldado,
eres cabeza y mente de ratón,
mi vida por ejemplo no es ..solo el trabajo.
Percibo y siento la presión,
la competencia desmedida, calamitosa y exacerbada,
las espadas, las dagas, las puñaladas, los exabruptos,
pero con tantos pequeñitos dardos históricos estoy inmunizado.
Soy de esos, que espero..que haya muchos,
que los demás dicen .., nunca hubiera esperado de ti eso .,
porque nunca he exagerado ni vendido mi talento,
si alguien alguna vez lo ha visto, es porque él se ha fijado y percibido.
Sin embargo, el que nace predestinado,
a ser el más fuerte, el más guapo y el más listo,
es muy posible que termine amargado y frustrado,
son infinitas las expectativas capitalistas de éxito.