¡Y el retoño nació hermoso!,
comenzando aquel verano
y tendido aquí en mi mano,
lo sentí tan amoroso.
Fue un momento esplendoroso
el capullo, brotó sano
y el retoño nació hermoso,
comenzando aquel verano.
Y ese fruto tan precioso
con su cuerpo tan lozano
tuvo a Dios como artesano
con su amor tan bondadoso…
¡Y el retoño nació hermoso!