Pasa el tiempo tras de mi ventana:
lágrimas de lluvia entre los cristales
languidecen la tarde de mi estado otoñal…
Ya las tardes crecen en mis sensaciones
y, aunque quisiera ser ágil y vivo como un niño,
las notas de un adagio se solapan en mis pasos…
Pasan los días, entre amaneceres limpios y frescos,
y yo, aunque quisiera que el rocío en la mañana
bañara mi rostro como antaño… voy buscando
más veces calor que el aire fuerte de levante…
Los años van pasando, poco a poco,
mientras paseando, veo estoico, las parejas
juveniles entre abrazos… la esperanza del futuro.
Es la vida.