¡Desnúdate!
Junto a mi cuerpo que cruje,
y llora su galleta de dolor.
¡Deprávate con mi corazón,
que sonríe Dios!
Blanquea, oscurece,
todo lo que es escarlata
en los viaductos de mi sangre;
¡Aplasta todo! con tus pies de agua
y tu pecho de flor
que se abre como una tumba.
Muéreme en los arrecifes
de tus labios, desnuda e inquieta
como estas;
¡Que se levante la tierra,
que ha cautivado a mi dolor!
Ahora que estoy besando tus pies
bajo tu transparente camisón,
y carcajea toda la cándida fronda
de tu flor…!!
¡Desnúdame a morir esta noche,
que la muerte está ausente!