Tiempo atrás mi razón se preguntaba:
¿A qué intranquilizarse por la muerte,
si cuando aquí yo aún no figuraba
jamás me atormentó la mala suerte
y nada alrededor me fastidiaba;
o causaba una pena contundente?
Por ello el devenir no me es un karma,
ni afligido me pone, o causa alarma.
Razones que de pleno me iluminan
para no sufrir por lo que suceda,
tampoco malos rollos me condenan
si llega a mi destino la salida;
pues si malos supuestos envenenan
yo supongo a la muerte como vida.
Y así ni blanco o negro me obsesionan
ni aciagos pensamientos me erosionan.
Pues entonces a qué vivir sufriendo
si conozco el vacío de la nada
y no lo he transitado nada horrendo;
por tanto mi razón no está agitada
ni mis neuronas se encuentran riñendo
ante esta situación ya concertada.
Ser o no ser sería indiferente,
si el sino es ignorado por la mente.
Jorge Horacio Richino
Copyright