Se apagan nuestros juegos
en el desgaste de un tiempo
que sin duda no fue
nunca de ninguno de los dos.
Se apagan nuestras ansias,
aquellas que batían furiosas
y renovaban nuestros cuerpos
en una entrega qué descubrió secretos.
Se apagan las ganas que teníamos
de ser el uno para el otro… un ser completo.
Se está acabando la emoción de estar reunidos
y poder decir que nos amamos.
Ya no representa nada a tus oídos,
Todo los te amos dichos,
esto es lo que presiente esa parte
donde se gesta la emoción, y sin embargo
la parte pensante,
solo sabe ver que aún somos dos…