De aquella adolescencia tamizada,
el mundo pudo haberse dado cuenta;
tanta ternura y tanta belleza seducida
en una sola mujer en su grandeza.
Pienso, por tanto, en llamarla dama
considero por tanto que es hermosa;
y si en otra mudará figura y alma
por cuánta gallardía seductora.
Sabe solo de amor mi pensamiento,
que al corazón embriaga su ternura;
y me llena en mi vacío de locura
me llena de esperanza con aliento.
Mi alma de pavor se ve un momento,
hasta el punto que me ofende su mirada;
y me devora solo con el pensamiento
que si la miro: la pienso enamorada.